Nota de prensa 193 07-04-25
Lo organiza anualmente la Demarcación de Albacete del COACM
Autor de proyectos tan importantes en España, Francia e Italia, como la remodelación de la Puerta del Sol (Madrid), explicó en una magnífica conferencia, el alma de algunos de ellos, sin ocultar los problemas que, junto a su socio Ricardo Sánchez (Linazasoro&Sánchez), tuvo que superar para convertirlos en realidad.
Albacete. 07 de abril de 2025. La Demarcación de Albacete del COACM abría, en la primavera de 2025, el XVI ciclo de conferencias y exposiciones 'Chispazos de talento 2025'. Esta iniciativa plantea exposiciones y conferencias de profesionales de reconocido prestigio, y repercusión nacional e internacional, que conciben y desarrollan la Arquitectura desde un punto de vista poliédrico, cultivando las múltiples facetas que permite, desde la proyectual a distintas escalas, hasta la investigadora, pasando por la docencia y la difusión.
El gran José Ignacio Linazasoro (San Sebastián, 1947) protagonizó una brillante apertura de la presente edición. Linazasoro estudió Arquitectura en las escuelas de Pamplona y Barcelona, obteniendo su licenciatura en 1972 y el doctorado en 1980, con la tesis 'El Proyecto Clásico en Arquitectura'. Ha sido catedrático de Proyectos en las escuelas de arquitectura de Valladolid y Madrid, y ha impartido clases como profesor invitado en instituciones de renombre en todo el mundo.
En 2011, junto con Ricardo Sánchez González, fundó el estudio Linazasoro & Sánchez Arquitectura, con sede en Madrid. Su obra ha sido ampliamente publicada y reconocida en Europa, América y Japón. Entre sus proyectos destacados se encuentran la restauración de la iglesia de Santa Cruz en Medina de Rioseco, la Biblioteca de la UNED en Madrid, el Campus Universitario de Segovia o, más recientemente, la Puerta del Sol de Madrid.
El presidente de la demarcación de Albacete del COACM, Eduardo Mascagni, presentaba a la audiencia al ponente, a quien calificó como “uno de los mejores arquitectos españoles de la actualidad”.
Curiosamente, el donostiarra, de 78 años, está asociado con un arquitecto que fue alumno suyo. Fue en el año 2005, como él mismo contó en la conferencia, “cuando presentamos juntos el proyecto del Campus Universitario de Segovia”. Después de ganar el concurso, y construirlo conjuntamente, “nos constituimos en sociedad en 2011”. Ambos cuentan, además, con trayectorias independientes, mucho más larga, obviamente, la de José Ignacio.
Después de las presentaciones, el ponente entró en materia, mostrando algunos de sus proyectos emblemáticos, con Sánchez y anteriores a él, sin tapujo alguno, ni desde el punto de vista técnico, ni desde el práctico o social, relatando con sinceridad las vicisitudes y dificultades que, antes de convertirlos en realidad, se encontraron por el camino. “Prácticamente toda mi vida profesional he trabajado para la administración, algo que tiene sus ventajas e inconvenientes. Hay más libertad, menos influencia de los gustos personales del cliente, pero mucha más burocracia. Además, los modificados de los proyectos, al menos en España, no se pagan”, afirma el arquitecto. Tan es así que “a veces, uno se cuestiona si es rentable trabajar para la administración”. En todo caso, también son diferentes entre sí las autoridades en cada país. “En Italia es incluso peor que en España. Aquí tenemos el problema de las mermas a la baja en los concursos, y que no se pagan los modificados. En Francia, hasta ahora -la cosa está cambiando a peor- los honorarios son más altos. Los de los arquitectos son independientes de los que perciben los ingenieros. Y, por lo tanto, mayores. Y los modificados se pagan aparte”, afirma.
Para el proyecto de la remodelación de La Puerta del Sol, el COAM, a finales de 2013, convocó el concurso 'Piensa Sol'. Según contó Linazasoro, la Comunidad de Madrid “estaba harta de que le hicieran manifestaciones frente a la sede regional”. A raíz, fundamentalmente, de los sucesos del 15M (2011), “decidió que había que plantar muchos árboles en la Puerta del Sol, para evitar estas manifestaciones”. En palabras del arquitecto, “el COAM se alarmó y convocó el concurso”. Se presentaron 106 propuestas. “Nosotros -Linazasoro&Sánchez- la ganamos con un proyecto muy sencillo. A diferencia de quienes pensaban que aquel espacio público se debía llenar de cosas, nosotros pretendíamos lo contrario: queríamos depurar”. El arquitecto definió su propósito con una sola frase, la del lema de la Real Academia de la Lengua: “Limpia, fija y da esplendor”. Sin embargo, después de haberlo ganado, el proyecto se paralizó. A los políticos no les gustó nada nuestra la propuesta.
La idea de renovar la Puerta del Sol renació a partir de 2019. Se quiso convocar otro concurso internacional, alguien, en la administración, tuvo el buen tino de recordar que ya hubo uno, y también que había un proyecto ganador. “Finalmente, lo hicimos”, recordó Linazasoro.
Las decisiones fundamentales consistieron en limpiar la plaza de objetos, acumular los quioscos en los dos extremos de la plaza, trasladar el monumento de Carlos III a la posición que a los arquitectos les pareció la más apropiada, en uno de los laterales, y el trabajo de pavimentación, con losas y adoquines de granito. “En lugar de generar un recinto para el monumento, pensamos que lo más interesante era asociarlo a una fuente, de acuerdo con la tradición de las cercanas Neptuno y Cibeles. Ahora, los turistas echan monedas, como en la Fontana de Trevi de Roma, si bien hay quien se las lleva por la noche”, dijo.
Según explicó el arquitecto, llevar a la práctica el dibujo de los pavimentos exigió mucho tiempo y esfuerzo, en un proceso que no estuvo exento de dificultades. “Los arquitectos no somos muy apreciados por el Ayuntamiento de Madrid, que se deja aconsejar más por los ingenieros”, opinó. Además, la insistencia en la plantación de árboles, aduciendo que el lugar es una isla de calor también ha suscitado mucha controversia. “En mi opinión, esta polémica es absurda. Allí no se pueden plantar árboles, puesto que bajo el suelo hay una gran losa de hormigón. No hay tierra. Y nunca ha habido árboles”. Sin embargo, sí hubo toldos. “Tuvieron su importancia en el origen de la plaza. Por este motivo, se van a instalar toldos, que ocuparán el ala norte, cubriendo el área de bancos, que tampoco existían”. Precisamente esta fue otra de las decisiones importantes del proyecto. “Antes, la gente se sentaba alrededor de las fuentes. Para evitarlo, incluso se llegaron a colocar pinchos”, recordó.
Los bancos se han aprovechado, además, para incorporar los dos monumentos preexistentes, el Monumento a la Mariblanca y el del Oso y el Madroño, “muy feo, a pesar de que tenga mucho éxito con los turistas”. De la de Sol dicen que es la plaza más concurrida de Europa, con 200.000 visitantes al día. “Ahora que se han puesto, los bancos se llenan y cumplen su función”, explicó el arquitecto.
El proyecto no solo ha incluido la remodelación de la Puerta del Sol, sino también la de calles y plazas aledañas, como la Plaza de la Cruz, la Carrera de San Jerónimo, Arenal y Mayor. E incluye una pieza diáfana, simétrica a la fuente con el monumento a Carlos III, “que pensamos debe sustituir a la ballena actual”, aún pendiente de ejecución. Linazasoro también se quejó de la “vandalización del diseño de los quioscos de prensa, lotería y ciegos, ante la que hemos presentado una queja formal al COAM”. Elemento destacado del nuevo Sol en Madrid es el kilómetro cero, ampliado con una especie de rosa de los vientos, con el nombre de las ciudades orientadas en cada dirección.
En resumen, para Linazasoro, el de la Puerta del Sol ha sido -y aún está siendo- “un proyecto complicadísimo, un maratón de dificultades, con presiones de todo tipo, de Metro, del llamado departamento llamado Afecciones Exteriores, del que nadie sabe quién está detrás, de ADIF…”.
Otro proyecto emblemático de Linazasoro-Sánchez fue el Campus de Segovia de la Universidad de Valladolid. Ejecutado entre los años 2005 y 2019, en dos fases, todavía queda por concluir una tercera. Ocupa el solar de un antiguo cuartel de artillería, que también fue una fábrica de paños.
Se concibió para unificar diversas facultades dispersas en la ciudad en una misma ubicación. La primera fase, finalizada en 2011, incluyó la construcción de una biblioteca, aulas comunes y un aparcamiento. La segunda, completada en 2019, añadió aulas específicas, despachos, un salón de actos y un salón de grados. Esta fase conectó las dos partes del campus mediante una "espina dorsal" que actúa como puente de unión transversal. El diseño del campus se caracteriza por la creación de una gran plaza cubierta, destinada no solo a estudiantes y profesores, sino también al uso del barrio, fomentando la integración con la comunidad local. Según explicó Linazasoro, recreándose para ello en fotografías y planos, una de las grandes dificultades del proyecto fue “la topografía endiablada del lugar, que ocupa dos calles, ambas en pendiente, y su suelo granítico, que lastra enormemente cualquier excavación”.
El arquitecto donostiarra citó después uno de sus proyectos internacionales: la ampliación del edificio del Consejo del Departamento y del Centro de Congresos en Troyes, Francia, en el que colaboró con Thienot-Ballan-Zulaica Architectes y con el propio Ricardo Sánchez, antes de constituir la sociedad. El complejo se sitúa en el casco histórico de esta ciudad, reconocida por sus iglesias góticas y edificaciones de entramados de madera.
El diseño del proyecto adopta una estructura fragmentada que respeta la escala y el tejido urbano preexistente, evitando la creación de un edificio compacto que pudiera desentonar con el entorno. Esta fragmentación permite integrar de manera armoniosa las nuevas edificaciones con las existentes, restableciendo antiguas calles medievales y creando espacios públicos que fomentan la interacción social. “Se planteaba un problema de escala, de contexto, de cómo situar un edificio de esta envergadura, 10.000 metros cuadrados, en una ciudad pequeña, por lo que optamos por una solución de fragmentación de volúmenes y de los espacios”, señaló.
El complejo alberga diversas funciones, incluyendo oficinas administrativas, una sala de plenos, una sala polivalente para exposiciones y eventos, y un auditorio con capacidad para 800 personas. Estilísticamente, el proyecto reinterpreta elementos tradicionales de la arquitectura local, como las cubiertas inclinadas y los ritmos de fachada, empleando materiales contemporáneos como el hormigón armado y celosías de madera.
En conjunto, esta intervención no solo amplía las instalaciones del Consejo del Departamento y del Centro de Congresos, sino que también contribuye a la revitalización del centro histórico de Troyes, respetando y enriqueciendo su patrimonio arquitectónico. La ejecución de este proyecto tampoco estuvo exenta de dificultades. “Las asociaciones locales defendían un proyecto pastiche, como parte del tejido urbano gótico, aunque por dentro fuera moderno. Sin embargo, tuvimos el apoyo del arquitecto de patrimonio, y pudimos ejecutarlo según nuestra idea, utilizando, incluso, hormigón visto. Casi nos llevan a los tribunales. Anteriormente había habido otro concurso, al que sí denunciaron, y ganaron. Finalmente, salimos adelante con éste que yo llamo fragmento de un tejido urbano, y no tanto edificio”, recordó. Asimismo, el presidente del Consejo quería vidrieras en el proyecto, de acuerdo con la tradición local. “Afortunadamente dimos con una artista que había restaurado vidrieras, pero también hecho algunas contemporáneas”, recordó.
Retrocediendo aún más en el tiempo, Linazasoro mostró a los arquitectos albaceteños el proyecto del Centro Cultural Escuelas Pías de Lavapiés. Este proyecto integra la restauración de las ruinas de la iglesia de las antiguas Escuelas Pías de San Fernando, destruidas durante la Guerra Civil, con la construcción de nuevas edificaciones en el solar adyacente.
A consecuencia de los avatares históricos, el edificio se fue troceando, quedando sólo sus ruinas. Se construyó un cine, un mercado, “y finalmente se planteó un concurso en el año 1996, que yo gané, para hacer algo”, señaló. Sin embargo, la ejecución del proyecto quedó condicionada a la aparición de un cliente. “Finalmente, la UNED lo reconvirtió en una biblioteca y un aulario, para clases presenciales”, señaló, aún aliviado.
La biblioteca se sitúa en la nave central de la antigua iglesia, donde la sala de lectura principal ocupa este espacio, preservando elementos históricos como muros y arcos originales. El aulario, de nueva construcción, se ubica en el terreno contiguo y ofrece aulas modernas para actividades académicas.
Además, el proyecto incluyó la reordenación de la Plaza de Agustín Lara y la creación de un aparcamiento subterráneo, contribuyendo a la revitalización del entorno urbano.
La intervención de Linazasoro se caracteriza por una cuidadosa integración del pasado y el presente, respetando la memoria histórica del lugar mientras introduce elementos contemporáneos que enriquecen la funcionalidad y estética del conjunto. “El proyecto, sobre todo, se basa en la idea de la ruina, en el protagonismo de la ruina, que dirige todas las operaciones y se refleja en la materialidad y la textura”.
El último proyecto del que habló José Ignacio Linazasoro en Albacete fue el de La Iglesia de San Lorenzo en Valdemaqueda, Madrid. Finalizado en el año 2000, consistió en la sustitución de una nave de escasa calidad arquitectónica, añadida en los años cuarenta del siglo XX, por una nueva estructura que se integró armónicamente con el ábside tardogótico original del siglo XVI, el único elemento histórico que permanecía en pie tras la destrucción de la nave original. Según explicó el arquitecto, para él, Valdequemada supuso una reflexión autobiográfica: “antes de estudiar Arquitectura, dibujaba iglesias románicas. Cuando me encargaron el proyecto, tuve la oportunidad de trasladar a él mis sensaciones y relación con la arquitectura histórica”.
La nueva nave presenta una geometría cúbica y está construida con muros de doble hoja de ladrillo y una estructura de hormigón que se apoya en los muros perimetrales y en un único pilar central. Este diseño crea un recorrido procesional asimétrico desde la entrada hasta el altar, enfatizado por la pendiente del suelo y la disposición de los elementos litúrgicos.
La intervención de Linazasoro en la Iglesia de San Lorenzo es un ejemplo de cómo la arquitectura contemporánea puede dialogar respetuosamente con el patrimonio histórico, integrando elementos modernos que realzan y complementan la estructura original del edificio. “Y, pese a que ha habido diferentes deterioros, el espacio se mantiene”, afirmó, puesto que, como tantos otros arquitectos, Linazasoro se sigue ocupando, en la medida de lo posible, de que se mantenga la idea original, “aunque sus habitantes sean una parte integrante de la Arquitectura”.
Después de las exposiciones, el ponente quedó a disposición de la audiencia en un largo y animado coloquio en el que hizo gala, de nuevo a partes iguales, de cercanía y sabiduría. “Sin duda, la conferencia de Juan Ignacio Linazasoro ha sido uno de los hitos destacados de este ciclo, 'Chispas de talento', que cumple su XVI Edición”, afirma Eduardo Mascagni, una iniciativa que el genial arquitecto calificó como “muy interesante”.
La conferencia llevó aparejada una exposición de 8 paneles, con planos y fotografías emblemáticas de la obra del genial arquitecto que se pueden ver en la demarcación de Albacete del COACM (C/Martínez Villena, 7, 02001 Albacete) en horario de 10 a 14 horas.
A lo largo de las quince ediciones anteriores, 'Chispazos de Talento' ha contado con la presencia de arquitectos tan consagrados y reconocidos como Carme Pinós, Tuñón & Albornoz, Rafael de La-Hoz, Ramón Esteve, Nieto y Sobejano, Francesc Rifé, Justo Isasi y Josep Lluís Mateo, entre otros, y también con figuras emergentes, más jóvenes pero sobradas de talento, como Anna y Eugeni Bach, Plantea Arquitectura, Ruiz Pardo-Nebreda, PYO, Taller Abierto, Suma Arquitectura, Ciria Álvarez, Jesús Granada, H architectes, Peris y Toral, Mesura, Fran Silvestre o Bona Fide taller de arquitectura.
Desde sus orígenes el ciclo ha buscado dar a conocer la arquitectura tanto de arquitectos consagrados y experimentados como de arquitectos emergentes, mostrar la obra tanto de arquitectos que trabajan la gran escala con intervenciones urbanísticas o proyectos de grandes equipamientos como la de arquitectos que trabajan en la pequeña escala de intervenciones domésticas o del diseño de piezas de mobiliario, de la misma manera que se ha contado con compañeros que desarrollan facetas distintas a las que se asocian tradicionalmente a la profesión y desempeñan su labor en trabajos museográficos, en el diseño de instalaciones temporales o desarrollando "performance".